El Concepto de Divinidad en el Islam    -   En el Nombre de Allah, El Misericordioso y El Compasivo   -   ¿Quién es el Creador?   -   El Retorno de Jesús al Final de los Tiempos   -   La situación de la mujer a través de la historia: su vida en las sociedades y civilizaciones pre-islámicas   -   Falsos conceptos sobre la mujer en el Islam

La Oración en el Islam

Descubra al verdadero Jesús (2)

Descubra al verdadero Jesús (2)

El joven gobernante rico (Marcos 10:17-19, Mateo 19:16-20)

Marcos 10:17-19

Mateos 19:16-20

 17 Cuando Jesús estaba ya para irse, un hombre llegó corriendo y se postró delante de él. —Maestro bueno —le preguntó—, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? 18 —¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús. Nadie es bueno sino sólo Dios. 19 Ya sabes los mandamientos: 'No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre.'

 

16 Sucedió que un hombre se acercó a Jesús y le preguntó: —Maestro, ¿qué de bueno tengo que hacer para obtener la vida eterna? 17 —¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? —respondió Jesús. Solamente hay uno que es bueno. Si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos. 18 --¿Cuáles? —preguntó el hombre. Contestó Jesús: —No mates, no cometas adulterio, no robes, no des falso testimonio, 19 honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.

Escuchándolos juntos, no detectamos ninguna diferencia y esto es lo que ocurre. En el momento, ya has terminado de leer Mateo, Marcos y luego Lucas. Uno no recuerda qué leyó en qué evangelio. El lector piensa que todos los tres evangelios dicen exactamente lo mismo. Sin embargo, cuando los estudiamos juntos en profundidad, nos damos cuenta que los evangelistas fueron capaces de utilizar la información para su provecho, para enseñar el punto preciso que querían predicar.

En el pasaje anterior, el intercambio abierto entre el hombre y Jesús ha sido alterado por Mateo. En Marcos, el hombre se dirige a Jesús como “maestro bueno.” Jesús le responde con un ligero reproche: “¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.” De nuevo, Mateo trata de cambiar el pasaje. Primero altera la pregunta inicial del hombre moviendo la palabra “bueno” del saludo y poniéndola como el objeto de la oración.

Marcos: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer…?”

Mateo: “Maestro, ¿qué de bueno tengo que hacer…?”

Finalmente, avergonzado por el hecho de que Jesús había reprendido al hombre por llamarlo bueno, Mateo cambia la segunda oración de Marcos, dejando por lo tanto a Jesús sin la posibilidad de rechazar esa reverencia y protegerse de la sugerencia implícita de que no era bueno. Al hacer esto, Mateo ha hecho que su versión no sea coherente, indicando la idea de que Jesús no entendió la pregunta.

Comparaciones Textuales (II)

La higuera que se secó y las mujeres enfermas: algunas diferencias entre el evangelio de Marcos y el evangelio de Mateo

La Higuera que se Secó (Marcos 11:12-25, Mateo 21:12-22)

Marcos 11:12-25

Mateo 21:12-22

12 Al día siguiente,  cuando salían de Betania,  Jesús tuvo hambre. 13 Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas,  fue a ver si hallaba algún fruto.  Cuando llegó a ella sólo encontró hojas,  porque no era tiempo de higos. 14 "¡Nadie vuelva jamás a comer fruto de ti!",  le dijo a la higuera.  Y lo oyeron sus discípulos.

15 Llegaron,  pues,  a Jerusalén.  Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que compraban y vendían.  Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas, 16 y no permitía que nadie atravesara el templo llevando mercancías. 17 También les enseñaba con estas palabras:  —¿No está escrito:  “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? Pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones.

18 Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley lo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo,  pues le temían,  ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas.

19 Cuando cayó la tarde,  salieron de la ciudad.

20 Por la mañana,  al pasar junto a la higuera,  vieron que se había secado de raíz.  21 Pedro,  acordándose,  le dijo a Jesús:  --¡Rabí,  mira,  se ha secado la higuera que maldijiste!

22 —Tengan fe en Dios —respondió Jesús. 23 Les aseguro que si alguno le dice a este monte:  'Quítate de ahí y tírate al mar',  creyendo,  sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá,  lo obtendrá. 24 Por eso les digo:  Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración,  y lo obtendrán. 25 Y cuando estén orando,  si tienen algo contra alguien,  perdónenlo,  para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.

12 Jesús entró en el templo* y echó de allí a todos los que compraban y vendían.  Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas. 13 —Escrito está —les dijo—: “Mi casa será llamada casa de oración,” pero ustedes la están convirtiendo en cueva de ladrones.

    14 Se le acercaron en el templo ciegos y cojos,  y los sanó. 15 Pero cuando los jefes de los sacerdotes y los *maestros de la ley vieron que hacía cosas maravillosas, y que los niños gritaban en el templo: «¡Hosanna al Hijo de David!», se indignaron.

16 —¿Oyes lo que ésos están diciendo? —protestaron. —Claro que sí —respondió Jesús—; ¿no han leído nunca: “En los labios de los pequeños y de los niños de pecho has puesto la perfecta alabanza”?

17 Entonces los dejó y, saliendo de la ciudad, se fue a pasar la noche en Betania.

 

18 Muy de mañana, cuando volvía a la ciudad, tuvo hambre. 19 Al ver una higuera junto al camino, se acercó a ella, pero no encontró nada más que hojas. —¡Nunca más vuelvas a dar fruto! —le dijo. Y al instante se secó la higuera.

20 Los discípulos se asombraron al ver esto. —¿Cómo es que se secó la higuera tan pronto? —preguntaron ellos. 21 —Les aseguro que si tienen fe y no dudan —les respondió Jesús—, no sólo harán lo que he hecho con la higuera, sino que podrán decirle a este monte: “¡Quítate de ahí y tírate al mar!”, y así se hará. 22 Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración.

 

En la versión de Marcos, viendo Jesús a la distancia un árbol de higos fue a buscar fruta. Ya que no estaba en la estación correcta, no encontró comida en el árbol. Jesús, después de cometer este comprensible error humano, maldijo al buen árbol. En cuanto a Mateo, él elimina la información de que no estaban en la estación correcta, ya que esto implicaría que Jesús destruyó un árbol sin razón justificable. Mateo deja que el lector piense que el árbol era estéril y que por eso merecía ser destruido.

Por otra parte, en Marcos los discípulos notan que el árbol se ha secado sólo al día siguiente. Sin embargo, en Mateo el árbol se seca inmediatamente demostrando el poder de Jesús y el asombro de los discípulos. Más aún, Maros hace otros cambios significativos al pasaje, como por ejemplo, donde Marcos menciona “casa de oración para todas las naciones,” Mateo omite “todas las naciones” para satisfacer a sus lectores judíos.

Mujeres Enfermas (Marcos 5:24-34, Mateo 9:20-22)

Marcos 5:24-34

Mateo 9:20-22

Jesús se fue con él,  y lo seguía una gran multitud,  la cual lo apretujaba.  25 Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias. 26 Había sufrido mucho a manos de varios médicos,  y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada,  pues en vez de mejorar,  iba de mal en peor. 27 Cuando oyó hablar de Jesús,  se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto. 28 Pensaba: «Si logro tocar siquiera su ropa, quedaré sana.» 29 Al instante cesó su hemorragia, y se dio cuenta de que su cuerpo había quedado libre de esa aflicción.

30 Al momento también Jesús se dio cuenta de que de él había salido poder, así que se volvió hacia la gente y preguntó: —¿Quién me ha tocado la ropa?

31 —Ves que te apretuja la gente —le contestaron sus discípulos—, y aun así preguntas: "¿Quién me ha tocado?"

32 Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién lo había hecho.  33 La mujer, sabiendo lo que le había sucedido, se acercó temblando de miedo y, arrojándose a sus pies, le confesó toda la verdad. 34 —¡Hija, tu fe te ha sanado! —le dijo Jesús—. Vete en paz y queda sana de tu aflicción.

20 En esto,  una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto. 21 Pensaba:  "Si al menos logro tocar su manto,  quedaré sana."

22 Jesús se dio vuelta,  la vio y le dijo:  —¡Ánimo,  hija!  Tu fe te ha sanado.  Y la mujer quedó sana en aquel momento.

 

En Marcos, la mujer toca el manto de Jesús y es curada. Jesús siente que sale poder de él y se da cuenta que alguien lo ha tocado pero no sabe a dónde fue ese poder ni quién lo tocó. Mientras que la mujer ya está curada, en Marcos, Jesús aún está tratando de averiguar lo que ha ocurrido.

En Mateo, Jesús es mucho más poderoso. Él supo de inmediato quién lo tocó y la mujer sólo se curó después que Jesús le habló, como si el poder curativo esperara la orden de Jesús.

Comparaciones Textuales (III)

La confesión de Pedro y el rechazo de Jesús en Nazaret: algunas diferencias entre el evangelio de Marcos y el evangelio de Mateo

La Confesión de Pedro (Marcos 8:27-30, Mateo 16:13-17)

Marcos 8:27-30

Mateo 16:13-17

27 Jesús y sus discípulos salieron hacia las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino les preguntó: —¿Quién dice la gente que soy yo?

28 —Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los profetas —contestaron.

29—Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —Tú eres el Cristo —afirmó Pedro.

30 Jesús les ordenó que no hablaran a nadie acerca de él.

13 Cuando llegó a la región de Cesarea de Filipo,  Jesús preguntó a sus discípulos:  —¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?  Le respondieron:

14 —Unos dicen que es Juan el Bautista,  otros que Elías,  y otros que Jeremías o uno de los profetas.

15 —Y ustedes,  ¿quién dicen que soy yo?

16 —Tú eres el Cristo,  el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.

¿Qué dijo realmente Pedro?

Marcos: “Tú eres el Cristo.”

Mateo: “Tú eres el Cristo,  el Hijo del Dios viviente.”

Muchas notas y comentarios bíblicos reconocen que aquí Mateo ha agregado la frase adicional poniéndola en boca de Jesús. (Biblia Nueva Jerusalén, pág. 34)

Rechazo de Jesús en Nazaret (Marcos 6:1-6, Mateo 13:53-58)

Marcos 6:1-6

Mateo 13:53-58

1 Salió Jesús de allí y fue a su tierra,  en compañía de sus discípulos.  2 Cuando llegó el sábado,  comenzó a enseñar en la sinagoga.  —¿De dónde sacó éste tales cosas?  —decían maravillados muchos de los que le oían.  ¿Qué sabiduría es ésta que se le ha dado?  ¿Cómo se explican estos milagros que vienen de sus manos?   3 ¿No es acaso el carpintero,  el hijo de María y hermano de Jacobo,  de José,  de Judas y de Simón?  ¿No están sus hermanas aquí con nosotros?  Y se escandalizaban a causa de él.  Por tanto,  Jesús les dijo:

4 —En todas partes se honra a un profeta,  menos en su tierra,  entre sus familiares y en su propia casa.  5 En efecto,  no pudo hacer allí ningún milagro,  excepto sanar a unos pocos enfermos al imponerles las manos. 6 Y él se quedó asombrado por la incredulidad de ellos.

53 Cuando Jesús terminó de contar estas parábolas,  se fue de allí.

54 Al llegar a su tierra,  comenzó a enseñar a la gente en la sinagoga.  —¿De dónde sacó éste tal sabiduría y tales poderes milagrosos?  —decían maravillados. 55 ¿No es acaso el hijo del carpintero?  ¿No se llama su madre María;  y no son sus hermanos Jacobo,  José,  Simón y Judas? 56 ¿No están con nosotros todas sus hermanas?  ¿Así que de dónde sacó todas estas cosas?  57 Y se escandalizaban a causa de él.  Pero Jesús les dijo:  —En todas partes se honra a un profeta,  menos en su tierra y en su propia casa.

58 Y por la incredulidad de ellos,  no hizo allí muchos milagros.

 

Como puede verse, la versión de Marcos presenta a Jesús siendo impotente ante el hecho de la incredulidad y no puedo hacer ningún milagro. Mateo cambia la versión de Marcos para eliminar este problema.

Marcos: “No pudo hacer allí ningún milagro…”

Mateo: “No hizo allí muchos milagros…”

Los eruditos han sugerido que Mateo quería evitar la descripción de Jesús como un carpintero y por lo tanto la cambió, debido a la generalizada actitud negativa hacia el trabajo manual, que era característica ente la élite del mundo grecorromano.

Jesús Sana a Muchos (Marcos 1:32-34, Mateo 8:16-17)

Marcos 1:32-34

Mateo 8:16-17

   32 Al atardecer,  cuando ya se ponía el sol,  la gente le llevó a Jesús todos los enfermos y endemoniados, 33 de manera que la población entera se estaba congregando a la puerta. 34 Jesús sanó a muchos que padecían de diversas enfermedades.  También expulsó a muchos demonios,  pero no los dejaba hablar porque sabían quién era él.

    16 Al atardecer,  le llevaron muchos endemoniados,  y con una sola palabra expulsó a los espíritus,  y sanó a todos los enfermos. 17 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:  "Él tomó sobre sí nuestras enfermedades y cargó con nuestras dolencias."

En Marcos, Jesús sanó a muchos, pero en Mateo los sanó a todos.

La Madre y los Hermanos de Jesús (Marcos 3:31-35, Mateo 12:46-50)

Marcos 3:31-35

Mateo 12:46-50

31 En eso llegaron la madre y los hermanos de Jesús.  Se quedaron afuera y enviaron a alguien a llamarlo, 32 pues había mucha gente sentada alrededor de él.  —Mira,  tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan —le dijeron.

33 --¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?  --replicó Jesús.

34 Luego echó una mirada a los que estaban sentados alrededor de él y añadió:  --Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 35 Cualquiera que hace la voluntad de Dios es mi hermano,  mi hermana y mi madre.

46 Mientras Jesús le hablaba a la multitud,  se presentaron su madre y sus hermanos.  Se quedaron afuera,  y deseaban hablar con él. 47 Alguien le dijo:  —Tu madre y tus hermanos están afuera y quieren hablar contigo.

48 —¿Quién es mi madre,  y quiénes son mis hermanos?  —replicó Jesús. 49 Señalando a sus discípulos,  añadió:  --Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos. 50 Pues mi hermano,  mi hermana y mi madre son los que hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

 

Aquí, Mateo cambia “Dios” por “Padre” en el discurso de Jesús a fin de apoyar ideas desarrolladas de forma tardía sobre Jesús y Dios.

Caminar Sobre el Agua (Marcos 6:45-52, Mateo 14:22-33)

Marcos 6:45-52

Mateo 14:22-33

45 En seguida Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado, a Betsaida, mientras él despedía a la multitud.46 Cuando se despidió, fue a la montaña para orar.

47 Al anochecer, la barca se hallaba en medio del lago, y Jesús estaba en tierra solo.48 En la madrugada, vio que los discípulos hacían grandes esfuerzos para remar, pues tenían el viento en contra. Se acercó a ellos caminando sobre el lago, e iba a pasarlos de largo.49 Los discípulos, al verlo caminar sobre el agua, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, 50 llenos de miedo por lo que veían. Pero él habló en seguida con ellos y les dijo: «¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.»

51 Subió entonces a la barca con ellos, y el viento se calmó. Estaban sumamente asombrados, 52 porque tenían la mente embotada y no habían comprendido lo de los panes.

 

22 En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.23 Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo, 24 y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.

25 En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. 26Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. —¡Es un fantasma! —gritaron de miedo. 27 Pero Jesús les dijo en seguida: —¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.

28 —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua. 29 —Ven —dijo Jesús.

   Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.30 Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: —¡Señor, sálvame! 31 En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: —¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

32 Cuando subieron a la barca, se calmó el viento.33 Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: —Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.

Nótense los siguientes cambios y adiciones hechos por Mateo a partir de Marcos: Primero, él omite a Betsaida debido a su dificultad geográfica. Segundo, Pedro en el evangelio de Mateo se dirige a Jesús por el título honorífico de “Señor.” Tercero, los discípulos adoran a Jesús y finalmente confiesan que Jesús es el “Hijo de Dios.”

A lo largo del tiempo, como una bola de nieve, mientras más pasaba el mensaje de Jesús, mayor y mejor se hizo. El pasaje anterior ilustra cómo Mateo modificó el discurso de los individuos para producir el resultado de que Jesús sea llamado “Señor.” Ahora bien, es cierto que Señor no necesariamente significa Dios. Pero en el pensamiento cristiano tardío, significa exactamente eso. Mateo sentó sin querer las bases de la promoción de Jesús a Dios.

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